No es ningún secreto el hecho de que los chiringuitos que conocemos hoy en día nada tienen que ver ya con los que existían hace poco más de una década. Por entonces, las instalaciones se centraban prácticamente en elementos desmontables con la bebida como principal protagonista.
Hoy, en cambio, hablar de chiringuitos en la costa de Cádiz es hacerlo para referirse a lugares, en ocasiones, de culto. Muchos de estos establecimientos se han convertido incluso en referentes de la cocina gaditana a pesar de que su oferta se limita en la mayoría de los casos a poco más de la temporada estival.
Y es que comer junto al mar se ha convertido en toda una experiencia culinaria, con platos dignos de restaurantes con Estrella Michelin. Pescados, carnes, mariscos, verduras, platos veganos… En fin, todo lo que podamos imaginar lo vamos a encontrar en nuestro litoral.
De acudir a la barra a pedir una simple bebida, como sucedía antaño, se ha pasado a tener que reservar mesa si queremos garantizarnos un hueco para el almuerzo o la cena.
Cada año, este selecto club de chiringuitos sigue creciendo porque la demanda así lo exige. En sus cartas aparecen propuestas gastronómicas inimaginables hace unos años a pie de playa.
Esta amplia oferta, además, se extiende a todo el litoral gaditano, desde la costa Noroeste hasta el Campo de Gibraltar pasando por las poblaciones de la Bahía de Cádiz.
En cada zona, además, existe una especialización que la diferencia del resto. Así, por ejemplo, en la zona de la costa Noroeste el marisco cobra especial importancia. En el ámbito de la Bahía, con la capital al frente, el pescado es un producto fijo en las cartas y muy recomendable por sus numerosas formas de preparación. Si tiramos hacia La Janda, el atún, obviamente es un referente, pero aquí la carne de retinto también se sitúa al más alto nivel. Llegando al Campo de Gibraltar comienza a notarse el influjo de Málaga, con los tradicionales espetos, que en este caso van más allá de las sardinas, como puede apreciarse en las imágenes que acompañan este reportaje, realizadas en el chiringuito Il Soño, en Cala Sardina, la playa que colinda ya con la provincia de Málaga.
Para hacerse una idea del nivel que alcanzan nuestros chiringuitos, basta echar un vistazo a algunas de las cartas y elegir algunos platos.
En Nahu Beach, todo un referente en Cádiz, podemos degustar por ejemplo desde un Gazpacho verde (sopa fresca a base de aguacate, pepino, cebolla, pimiento verde, manzana verde y hierbas) por tan sólo 6 euros hasta un Wok marinero (cefalópodos y mariscos al wok con lima, guindilla tailandesa y verduras acompañadas de arroz pegajoso y espaciado y aliño de ajo y guindilla) que se ofrece por 14,80 euros.
En Bebo Los Vientos, del mismo grupo, la oferta es similar, incluyendo algunas variantes como el arroz meloso de corvina, un generosísimo plato por 15,60 euros por persona.
Potito Beach, otro de los clásicos del verano gaditano, nos sorprende también con una amplísima y exquisita carta, donde podemos encontrar platos tan sugerentes como el Pulpo a la brasa con puré de patata y mango (18 euros) o el Entrecot de ternera de vaca vieja de raza noble (24 euros).
Si avanzamos hacia Chiclana, Atenas Playa es el gran referente. Un chiringuito donde podremos hacer algo más que comer. Su extensa y exquisita carta se remata con la posibilidad de tomar una copa a cualquier hora del día, disfrutar de música en directo o deleitarse con las espectaculares puestas de sol.
Si nos ceñimos a la oferta gastronómica, podemos citar por ejemplo Las Braviolis de Atenas Playa con patatas de la huerta de Estefanía, un plato tradicional pero con una importante variante por sólo 9,50 euros. Incluso podremos disfrutar de comida vegana, como su Pizza vegana Atenas Playa (pimiento rojo, calabacín, espinacas, tomates cherry queso vegano y orégano) por 12,50 euros. Para los amantes del pescado, recomendamos los Tacos de atún a la plancha con berenjena asada y bizcocho ajo negro (19 euros) o el Tartar de salmón con caviar negro y fondo de aguacate (16 euros)
En la costa Noroeste, Chipiona es un buena opción si queremos comer junto al mar. Aquí podemos elegir entre una enorme variedad de chiringuitos con unas excelentes calificaciones. Si nos atenemos a lo que opinan los comensales, podemos recomendar por ejemplo el chiringuito El Primo, donde podremos degustar desde simples tapas hasta complejas elaboraciones culinarias a pie de playa.
Al igual que en La Janda, en la costa Noroeste también podemos encontrar una enorme variedad de chiringuitos que nada tienen que envidiar a lujosos restaurantes. Así, em Conil, uno de los más recomendados, aunque no el único, es La Ola Restaurant & Lounge Bar, un chiringuito donde el pescado de la zona cobra un especial protagonismo. Su oferta se centra en el marisco y las cocinas mediterránea, ruropea y española, pero también tiene opciones vegetarianas, veganas y sin gluten. En su carta recomiendan, por sólo 11 euros, la ensalada de pimientos y alcachofas confitadas en aceite de oliva, sobre base de salmorejo de tomates asados, melva y lascas de queso payoyo y jamón. Una sugerencia del chef es el borriquete en tempura cítrica sobre crema verde (15,509 euros) o el arroz negro con chocos (16,40 euros). Ni que decir tiene que el atún rojo de almadraba ocupa un lugar preferente en su carta, como el que se ofrece con crema de carabineros (21 euros).
Y para finalizar este primer y pequeño recorrido por los chiringuitos de la costa de Cádiz, nos vamos hasta la última playa de la provincia, Cala Sardina, colindando ya con la de Málaga. Aquí el pescado es una de sus grandes exquisiteces y un plato obligado si lo visitamos. Si optamos por algo diferente, también podemos encontrar el revuelto de calabacín, gambas y trufa negra (14,50 euros), el tradicional arroz negro (14 euros por persona) o Vegana de Broccoli al Wok de verduritas y tomates secos (13 euros). Pero si hay algo que recomendamos en el chiringuito Il Soño es probar sus espetos de sardina (9 euros) o el calamar a la plancha (18,50 euros).
Y al atardecer, los chiringuitos de la costa de Cadiz también te brindan la oportunidad de disfrutar de una copa frente al mar mientras contemplamos una puesta de sol.