La Torre de Meca es una de las atalayas más privilegiadas de cuantas se asoman al Atlántico a lo largo y ancho de las dos orillas continentales, Europa y África.
Localizada en la cima de uno de los grandes tesoros naturales de la comarca de La Janda, el extenso y verde pinar del Parque Natural de La Breña, ha vigilado durante siglos las profundas aguas que, a través del Estrecho de Gibraltar, acuden al encuentro del cálido Mar Mediterráneo.
Testigo excepcional de una de las rutas marítimas más transitadas, conflictivas y fructíferas del mundo, esta atalaya, conocida también como Torre de Romeral o de La Breña, fue desde su construcción pieza clave para, pese a sus escasos trece metros de altura, dar la voz de alarma ante la presencia de embarcaciones piratas o invasoras, completando el extenso entramado de torres vigía existente a lo largo de las costas onubense y gaditana.