Desde hace unos años, ya no tiene lugar la extenuante e histórica lucha que almadraberos y atunes rojos protagonizaban en los copos de las almadrabas gaditanas. Pugna que se prolongaba durante horas y que deparaban espectaculares imágenes de copos que parecían hervir por el movimiento incesante de los grandes atunes rojos.
Lucha que, por otra parte, generaba un gran estrés a los atunes rojos y que, incluso, iba en contra de la propia calidad del producto, con pérdidas de grasa y con ejemplares dañados a causa de esta liturgia milenaria que provocaba que la muerte se produjese por asfixia.
Hoy en día, la captura de los grandes atunes rojos tiene lugar en un entorno (copo) más desahogado y menos estresante.
Capturas que, además, ya no tiene lugar con los tradicionales garfios, sino con una pequeña pistola subacuática llamada lupara.
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