Ellos, los cocineros (de un tiempo a esta parte, chef) han y siguen contribuyendo de forma determinante a que la costa de Cádiz siga creciendo como destino turístico a través de sus inconfundibles sabores y texturas.
Labor de promoción que, hace ya algún tiempo, comenzaron a abanderar apasionados del producto y la gastronomía local que, aún hoy día, después décadas de profesión, siguen siendo referentes de la excelencia y del trato exquisito al mejor producto.
Este es el caso de Pepe Melero, alma mater de ese templo del atún rojo de almadraba de fama internacional que es El Campero.
Con orígenes en la pequeña tasca familiar de Barbate (1978), Pepe Melero se fue convirtiendo en el gran embajador del atún rojo de almadraba con una propuesta gastronómica de tradición. Con platos, como su exquisito atún encebollado, que aún ‘cultiva’.
Homenaje al atún que ha ido alimentando y evolucionando gracias, en parte, a los conocimientos (sobre todo a lo que elaboraciones en crudo se refiere) de los cocineros que, hace años, llegaban con los barcos frigoríficos y hacían uso de su propia cocina.
Con ser el atún el referente de su cocina, siempre ha rendido homenaje a esos guisos marineros de la zona por los que siente tanta pasión.