Seguro que habréis escuchado eso del ‘templo del atún rojo’ cuando, muy en especial, se habla de un restaurante cuya propuesta gastronómica ha trascendido mucho más allá de sus fronteras naturales.
Obviamente, os hablamos de El Campero, icono de la buena gastronomía ligada al mar y a una de las localidades más atuneras que existen en el mundo, Barbate.
Obra irrepetible de Pepe Melero, su historia con el atún rojo de almadraba se remonta a la antigua gastronomía barbateña, a esa que, ligada a las almadrabas de Barbate y Zahara de los Atunes, tenía como uno de sus grandes iconos el exquisito atún encebollado.
Pero, Pepe, inquieto y amante de su pueblo y cocina, quiso ir más allá con esos sabores y texturas con los que se crió, algo que, como ha explicado en más de una ocasión, pudo lograr en gran medida gracias a los cocineros de esos grandes buques japoneses que llegaban hasta aguas barbateñas para, entonces, ultracongelar y llevarse casi el 80 por ciento de las capturas.

Estos cocineros comenzaron a tejer amistad con Pepe Melero e, incluso, le solicitaron la posibilidad de cocinar en su restaurante. Fue así como, poco a poco, Pepe Melero fue conociendo los entresijos de la, entonces poco conocida, gastronomía japonesa ligada al atún rojo y, sobre todo, a su cocinado en crudo.
De este modo, el conocimiento profundo de las raíces gastronómicas barbateñas y el afán continuo de superación pusieron los cimientos del bien llamado ‘Templo del atún rojo’, del que te iremos contando más cosas.
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