No, no pongas cara rara ni de asco. Ya sabes que del atún rojo, al igual que del buen cerdo ibérico, se aprovecha todo, hasta los nadares.
En este caso, te hablamos de la bolsa de semen del atún rojo. De color blanco, se asemeja en su forma a la tradicional hueva (no posee grano en su interior) y, no, no tienes que pedir semen; su nombre es hueva de leche o, en japonés, shirako.
Con una textura muy similar a la de los exquisitos sesos y muy valoradas en la zona, su elaboración es bien simple.
Tan simple como cocerlas para, luego, consumirlas con un buen picadillo o, también, escaldándolas primero y, seguidamente, tras rebosarlas con harina y huevos, freírlas.
Asimismo, se comercializa envasada con aceite y su precio, tanto en fresco como envasada, hablando siempre de atún rojo de almadraba, es asequible.
Como curiosidad, te diremos que el afamado chef Ángel León elaboró con el semen del atún rojo un exquisito y sorprendente queso, “un Camembert con sabor a mar y a salazón”.
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