Es el vino por excelencia de Chipiona, de ahí que cuente con un lugar de homenaje, el Museo del Moscatel, un espacio que combina creatividad y rigor histórico.
En pleno centro del casco histórico de la localidad (Cooperativa Católico Agrícola), nos descubre el universo de uno de los vinos dulces más afamados del mundo a través de un abanico de estímulos olfativos, sonoros, gustativos y visuales.
Un apasionante viaje que transcurre desde la época romana hasta nuestros días de la mano de actividades ligadas a la gastronomía local, el arte y las costumbres.
De visita obligada para los amantes del vino y la larga tradición viticultora de esta tierra, nos habla de la peculiar forma de entender la vid de los bodegueros chipioneros.