¿Quién no ha oído hablar de los atardeceres de Sancti Petri? Esos que perfilan la silueta de una fortificación que, cuenta la historia, se levanta sobre un fondo rocoso en el que estuvo el Templo de Hércules o Melkart.
El simple hecho de contemplarlo es un placer para los sentidos; una sensación que se eleva de forma infinita si tienes el privilegio de recorrerlo, descubriendo las diferentes estancias y lugares que dan vida a una fortificación que tuvo su origen en el siglo XVIII, con la construcción de su torre-atalaya.
Elemento de defensa del Caño de Sancti Petri, el Castillo de Sancti Petri nos regala algunas de las vistas más espectaculares del Parque Natural Bahía de Cádiz y de la playa de La Barrosa.