De apariencia rara, lo más parecido a lo que pudiera ser una serpiente de mar, la morena es una de las exquisiteces de las aguas del litoral gaditano, de su gastronomía; sobre todo si se cocina en adobo.
De carne blanca y gelatinosa, hay quienes se niegan a probarla tan solo por su aspecto; si bien, una vez la pruebas, te engancha por su exquisito sabor y. como apuntábamos, jugosidad.
Y es que ella, la morena, ya era un bocado apreciado para los romanos (siglo I), tal y como se refleja en el que es el libro más antiguo de cocina que se conoce, ‘De re coquinaria‘, en el que el gastrónomo Apicio relata una receta de morena con ciruelas.
Con cuerpo similar al de la anguila, su piel es viscosa y lisa y no presenta escamas.
Es tan exquisita, que uno de los chef con mayor prestigio, gaditano para más señas, Ángel León, encandiló en 2018 en Madrid Fusión, con una morena de la que hizo una versión, en este caso marina, del cochinillo de Cándido. Rellena, bridada con su propia piel (previamente retirada) y asada, el chef del mar elevó al olimpo un bocado tan gaditano y que ha sido producto en su famoso restaurante, Aponiente.
En Cádiz, la puedes probar en muchos bares y restaurantes de tanto prestigio y larga tradición de cocina ligada al mar como el restaurante El Faro, donde la elaboran con un adobo liguero y la sirven con una mahonesa de pimentón.