Si eres amante de los buenos productos y, en especial, del embutido, recuerda que este sábado, 8 de noviembre, tienes una gran cita en Chiclana. Se trata, nada más y nada menos, de la Fiesta de la Butifarra, un evento que rinde culto a uno de los bocados más ilustres de esta localidad de la costa de Cádiz.
Será a la una de la tarde cuando se levante el telón de un evento gastronómico que repartirá de forma gratuita (invita el Ayuntamiento de Chiclana) quinientos kilos de butifarra de Chiclana; 400 de ellos de las 4 carnicerías que han resultado vencedoras del concurso a las mejores butifarras (carnicerías Cárnicas Butrón, La Paloma, Luis Marcos y El Colinero) y otros 100 kilos del resto de carnicerías chiclaneras. Eso sí, si quieres una experiencia redonda, no dudes de acompañarla con un buen vino chiclanero.
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Al igual que sucede con el chicharrón, la butifarra es uno de esos productos cuyos orígenes nadie llega a concretar, si
bien es cierto que lo sitúan en la región de Cataluña, en torno a unos setecientos años atrás.
Con una gran diversidad de elaboraciones (carne de cerdo, huevo, pollo, hígado, lengua, etc.), aquí, en Chiclana, al igual que en el conjunto de Andalucía, la butifarra, como sucede con el chorizo, la longaniza o la manteca, está íntimamente ligada a esa liturgia de aprovechamiento y supervivencia que es la matanza.
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Independientemente del proceso de elaboración, lo cierto es que la butifarra de Chiclana es particular, presentando un sabor que la diferencia del resto.
Diferencia que, en buena medida, radica en la utilización de una especia, la canela, que poco tiene que ver con las elaboraciones cárnicas y cuyo empleo jugaba un papel protagonista en aquellos dulces árabes que se han logrado conservar con gran prestigio en la localidad vecina de Medina Sidonia.
Además de este exquisito punto de canela, la butifarra chiclanera lleva carne magra de cerdo, tocino fresco, ajo, orégano, pimienta negra y sal; preparado que se introduce en tripa limpia y, con posterioridad, se cuece. Eso sí, antes, se pincha para evitar que se reviente.
Una vez fría, se introduce en la nevera, culminando un excelente producto que quedará listo para consumir.
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En la butifarra, también importa la forma en que se presente y consuma. Así, los grandes entendidos de este selecto producto aconsejan que, para percibir en toda su plenitud su sabor y textura, se presente en rodajas de cierto grosor.
También muy importante es que la butifarra se debe consumir en su punto óptimo de jugosidad.
